domingo, 26 de febrero de 2012

Historia de la Caballería y el Régimen Escocés Rectificado


Podemos afirmar, de forma genérica y sin entrar en profundidad, que como todo resurgimiento masónico debemos situar el RER en el año 1717, fecha en que surgió la creación de la Gran Logia de Londres y posteriormente la que fue La Gran Logia Unida de Inglaterra, dando lugar a la masonería especulativa.

Entre tanto en Alemania las caballerías teutónicas que estaban ligada a los Templarios empezarían a dar sentido caballeresco a la francmasonería espiritualista de la época con la Estricta Observancia Templaría con el barón Hund, el mismo que fue admitido francmasón en enero de 1742 en una logia de Francfort, y en 1752 un caballero denominado Eques e Penna Rubra le confirió los secretos de la masonería llamada templaría, con los grados que originalmente tenia, (7) fue Hund quien añadió dos más secretos.

Esta masonería se implantó en Francia a partir de 1773 bajo la acción del barón de Weiler. Fallecido el Barón Hund en 1776, el nuevo Gran Maestro, el duque Ferdinand de Brunswik, en unión con Willermoz, se esforzó en investigar y precisar los orígenes reales de la Francmasonería, y entre 1774 y 1782 Willermoz y dos grupos de masones de Lyón y Estrasburgo gestaron lo que hoy conocemos como Régimen Escocés rectificado.

Vemos que estamos ante una masonería procedente de un sistema alemán por lo que al aspecto caballeresco se refiere, un aspecto que prima absolutamente sobre el aspecto masónico y que atendía ser heredero de la antigua Orden del Temple, un conjunto construido por Willermoz, “Régimen y Doctrina”, aprobado en un convento de las Galias a finales de 1.778, lugar de donde surgieron los textos constitucionales que aun hoy están en vigor, textos que se confirmaron posteriormente en el  Convento de Wilhelmsad donde el Régimen se desmarco de la Estricta Observancia por cuento renunció a su filiación histórica con la orden del Temple si bien mantuvo su  filiación espiritual.

Una masonería cristiana donde sigue vivo el espíritu caballeresco, algo que resurgió en 1910 en el Gran Oriente de Francia y que sobrevivió 3 años hasta  1913 que se independizo creando una Gran logia Regular, ello duró hasta 1934 en que se produjo una escisión de donde nació  el Gran Priorato de las Galias que hoy conocemos, no sin que existirán periodos de "stan bike".

Esta masonería llego a España de manos de la Gran Logia Unida de Inglaterra reconociéndose para ello a la Gran Logia de España, posteriormente,  más  escisiones, desavenencias, desacuerdos y creaciones de nuevas Organizaciones han sido su trayectoria e historia.

Una breve explicación que, a grades rasgos, vulnera precisamente todo aquello que es la alma del RER, y me explico, seria una obviedad decir en principio que la Caballería es aquello ligado al caballo, en el RER cuando se menta Caballería es en aquello concerniente al Caballero a su  código de conducta y su honor, algo que posiblemente les parecerá en desuso, y no es de extrañar.

La caballería de antaño la formaba un numero indeterminado de hombres que iban a caballo y  que luchaban por su señor, mercenarios montados a Caballo que protegían intereses, fiscalizaban y recaudaban, otra cuestión es el Caballero en el sentido caballeresco, alguien que ostentaba un titulo recibido por un hombre de linaje noble, alguien a quien se nombraba por destacar en sus buenas acciones, rectas y correctas, alguien coherente, valiente, leal,  humilde y misericordioso, alguien dispuesto al sacrificio para los demás, cortés y piadoso, alguien que no mentía y era fiel a sus principios y leas a sus juramentos, generoso y dadivoso hacia a todos, donde su máxima era defender la justicia y luchar  contra la maldad  comportándose siempre como digno cristiano y fiel servidor de Dios y de nadie más …… aunque con el tiempo las designaciones caballerescas se han otorgado como xurros sin que precisamente las cualidades mentadas, fueran fielmente contempladas, dando lugar al mercenariado antes citado.

Que nadie se sienta aludido, y si así es que Dios me perdone y aquel que este ofendido, se encomiende a Él por si no erro, pero faltaría a la verdad si se negase la triste andadura de un rito extraordinario donde los cristianos podemos encontrar ese equilibrio basado en la reinstauración, y que en lugar de ello, se ha bebido desaliento y sin razón.
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